¿COMO ES NUESTRO HIJO?
Identidad puede parecer una palabra abstracta o una idea filosófica. Pero podemos definirla así: es la noción muy íntima y personal de quiénes somos, qué cuerpo habitamos y con qué realidad nos manejamos. Pero, ¿cómo se forja la identidad? ¿Se hereda? ¿Se construye?
Heredamos un cuerpo, determinados rasgos físicos, algunas aptitudes pero nuestra identidad y la posibilidad de hacer uso de aquello que traemos con nosotros se construye en los primeros años de vida.
Tus padres lo han hecho con vos, y sus padres con ellos y ahora te toca a vos con tu bebé. ¿Cómo? Día a día. Tu bebé se despierta de su siesta, siente hambre, un malestar general y sabe qué hacer. Te llama, te lo dice con su llanto personal que para vos significa "hambre". Te acercás, le repetís con tus palabras eso que él dice con las suyas: "mi amor tiene hambre, mamá ya llegó". El sólo hecho de escucharte lo tranquiliza porque sabe que enseguida viene la cálida y fabulosa leche que todo lo calma.
No sólo le das leche, sino también amor, sensación de unidad, placer. Lo sostenés con firmeza, su cuerpo cercano al tuyo y la cabeza en el hueco de tu brazo. Mientras mama, le acariciás la cabeza y él apoya su manito libre en tu pecho. Mama o juguetea con el pezón.
Ese abrazo se va incorporando en su ser y le da la primera sensación de unidad del cuerpo, es un modelo para sentirse uno.
Tiene sueño y lo mecés suavemente hasta que cae profundamente dormido. El balanceo y la proximidad de cuerpos le permite relajarse, sintiendo que lo sostenés con firmeza y que vos te ocupas de él.
Mientras lo bañás le vas enjabonando partes de su cuerpo. Le gusta, se ríe cuando lo hacés. De esta manera siente a través de tus manos distintas zonas, los brazos, la espalda, la cabeza, las piernas. Antes era una unidad, ahora empieza a diferenciar sus partes. Lo hace jugando y con placer, porque no hay nada más lindo que los mimos de mamá para aprender a conocer su cuerpo.
Le estás por cambiar los pañales. Está desnudo sobre el cambiador. Mientras lo limpiás, le hacés cosquillitas, o le das un beso ruidoso en la panza. O le ofrecés un osito suave para que acaricie o un cubo duro. Estos objetos le permiten reconocer que existen diferentes cualidades; que a través de ellas, se pueden expresar sentimientos o sensaciones y que hay objetos en la realidad, en el mundo.
A través de estas actividades se va formando la identidad, la imagen de un cuerpo entero y placentero, la experiencia de que existe una forma de calmar el malestar, la posibilidad de conocer a las personas, de jugar. |
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Primero: Escuchalo, interpretá las señales que te envía. Si te empuja con su manito, si lloriquea, si parece desconectado. |
Segundo: Respetando sus necesidades. No lo despiertes porque vos querés jugar; seguí este criterio frente a cualquier cosa que él esté haciendo. |
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¿Tu bebé es movedizo? A la hora de cambiarle el pañal, ofrecele alguna distracción como un móvil musical, sonajero u otro juguete para ocupar sus manos y su imaginación. ¿Tu bebé se chupa el pulgar? Despreocupate. No hay ninguna prueba de que chuparse el dedo sea en sí "peligroso", ni que sea señal de desorden emotivo.
Para evitar que tu hijo tenga un accidente con sus juguetes asegurate a la hora de comprarlos que sean fuertes, bien terminados, de tamaño seguro - para que no se lo puedan tragar- y sin cuerdas. |
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