Dulce Amor / Kinder - Guardería

viernes, 24 de junio de 2011

28º mes - Lectores que no saben leer

 

A partir del año, el niño puede manifestar cierta fascinación por los cuentos. Aprovechemos esta oportunidad para enseñarles a amar los libros y la fantasía. ¿Cómo hacerlo?
Muchos padres dicen que se sienten tontos al leer una historia a un niño de 2 años. Es probable que su hijo no pueda captar todo el sentido de su relato, sin embargo, son claros los efectos que la lectura puede dejar en el niño. Esta es una de las mejores maneras de profundizar el vínculo entre padres e hijos.
La magia del relato

Cuanto más pequeño es el niño, más familiar le debe resultar el entorno del cuento - aunque por supuesto, esto no es una norma inquebrantable -. El final siempre ha de ser feliz. Pero, por encima de todo, está la calidad de la narración. Si los libros infantiles le resultan aburridos, has elegido mal. Si los cuentos son estáticos y monótonos, destruirá la inclinación natural del niño por la literatura.
¿QUE LEER A CADA EDAD?

Al año:
A esta edad los chicos comienzan a dar vuelta las páginas del libro y se sienten atrapados señalando las imágenes. Las ilustraciones de los libros deben ser muy buenas y los relatos muy simples.

A los 2 años:
Los chicos necesitan libros que disfruten todas las veces que te pidan que se los leas. A esta edad, suelen ser tan rígidos que repiten ritos. Se entusiasman con un libro y lo quieren leer cada día, más o menos a la misma hora. A pesar de esto, tené variedad de libros para que pueda elegir.
Un dato importante es que sus cuentos deberían estar situados al alcance de su mano, pudiendo disponer de ellos cuantas veces lo desee. Por lo general, los cuidan bastante bien y casi nunca destruyen lo que les gusta.

A los 3 años:
Disfrutan de los libros cuya historia se centra en la vida de otros niños. Intervienen todo el tiempo en el relato, interrumpiendo con preguntas y observaciones. Buscan más acción y aventuras.
Reglas para leer en casa
- Nunca dejes de leerles a tus niños, aún cuando ellos ya lean por sí mismos. Es una inmejorable fuente de comunicación. Dedicá siempre una parte del día para ello.

- Estimulá la recreación de las narraciones por parte de los niños: que disfruten, comenten, cambien y VIVAN cada relato.

- Armá una biblioteca infantil. Será un tesoro invalorable para tus hijos.

- Buscá libros que se adecuen a la realidad de tus niños: llegada de un hermanito, celos, cumpleaños, hora de dormir, control de esfínteres, relación con los demás.

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