CANCIONES DE CUNA
Cuando se trata de cantarle a nuestro bebé no es necesario un gran repertorio: las ganas de conectarnos con él y la improvisación resultan suficientes.
"Los bebés reconocen perfectamente la voz de sus padres y cada vez que la escuchan se tranquilizan. Desde los seis meses, dentro de la panza de mamá, vienen entrenando sus orejitas."
LA VOZ DE MAMÁ
En las voces, los bebés encuentran más de una respuesta. A pesar de haber salido del estado líquido muchas cosas siguen igual. Cuando hay que separarse de la mamá, la voz hablada actúa como un intermediario que lo tranquiliza, aún en habitaciones separadas.
La seguridad que transmite la voz hablada se multiplica cuando aparecen corcheas y fusas. La música es un lenguaje emotivo. La voz cantada está llena de una carga afectiva que no tienen la lineabilidad de la hablada: por eso es imprescindible que la madre le cante al bebé aunque sea música sin letras.
Los antropólogos descubrieron la existencia de canciones de cuna en casi todas las culturas: aún en las tribus más primitivas es común el arrullo sonoro.
En cada encuentro musical, madre e hijo se desconectan del medio ambiente. Se produce una conexión simbiótica. El bebé se tranquiliza sintiendo la proximidad de la madre y ella cantándole que es lindo, que lo quiere, que es un rey... Lo único que importa son los sentimientos de la melodía.
Generalmente son las madres las que se entusiasman con las letras. Para el bebé es igual si la canción es en alemán o en castellano, aunque es mejor cantarle en castellano para que vaya adquiriendo el lenguaje materno.
SOBRE GUSTOS
El "feeling" con la música es muy personal. No todos los bebés se tranquilizan igual: algunos prefieren canciones más lentas, otros más rápidas. La cultura también excluye a los papás de este ritual tan necesario para los más chiquitos. Otro tanto hacen los medios de comunicación, donde muchos padres acuden a la radio o a un casette para dormir a sus bebés. Antes cantarle a un bebé era la única forma de acompañarlo. Y, una cultura perfeccionista le metió a las madres en la cabeza que si no cantan bien es mejor callarse. Nada más equivocado.
El dormir a un bebé con la voz de Diego Torres no está mal, pero lo afectivo queda en el olvido, así como las posibilidades musicales del bebé. Cuando le cantan al bebé no solo lo están alimentando afectivamente sino que comienza a vincularse con los sonidos de una manera especial. De una manera que continuará toda su vida.
EL JUSTO EQUILIBRIO
La música estimula el hemisferio derecho que rige nuestra parte artística. Aquí se encuentran la imaginación, la emoción, la creación, la intuición. También, estimula el hemisferio izquierdo que corresponde a la lógica, al razonamiento, el cálculo matemático, la palabra y la escritura.
Hay que estimular equilibradamente ambos hemisferios y permitir su máxima conexión. Por esto, las actividades musicales que se elijan deben tener como finalidad activar los 2 hemisferios simultáneamente. Los padres estimulan a su bebé cuando le cantan una canción generándole aspectos positivos, incluso sin ellos tenerlo en cuenta.
Es decir, las palabras de una canción movilizan en el bebé su hemisferio izquierdo y la melodía, el derecho; estimulando su memoria, el reconocimiento de su voz, su atención el vínculo son sus seres cercanos. A la vez, las caricias brindan al bebé sensaciones placenteras estimulando su sensibilidad cutánea. Y, al oír esa canción la va a asociar con una situación determinada que le proporcionará confianza, seguridad y principalmente amor.
La música tiene el poder de construir una idea a través de la imaginación. La música propicia la materia prima de los conceptos ideales capaces de crear un mundo lleno de posibilidades.
El desarrollo de la vista, el sistema privilegiado.
Desde el primer día tu bebé puede ver objetos a una distancia de 20 cm. con claridad, (distancia entre el pecho y tu rostro), pero los objetos que estén más cerca o más lejos de esta distancia los verá borrosos ya que en sus primeros dos meses de vida es miope. A la distancia correcta podrá seguir con la mirada el movimiento de un objeto de un lado al otro. A partir de los 2 meses podrá enfocar su vista en objetos a diferentes distancias. Al principio no puede percibir los diferentes colores, sólo puede diferenciar los contrastes marcados (rojo, negro y blanco) y los patrones repetitivos (cuadros, rayas, etc.). La visión es el sistema más privilegiado en relación al resto de los otros para descubrir el mundo (habla, manipulación de objetos). Por ello es muy importante estimularla. Entre los 4 a 6 meses la percepción de los colores se ha desarrollado plenamente. Aún así, tu bebé preferirá los patrones de colores fuertes básicos.
Sin embargo, lo que más intriga a tu bebé es el rostro humano en movimiento (tus ojos sobre todo), por su complejidad, y todo lo que a él se asemeje (títeres de boca por ejemplo con ojos saltones). Por ello la interacción con tu bebé es fundamental en este período. Se sentirá fascinado además por todo objeto que presente movimientos pendulares, de ida y vuelta y circulares.
Los móviles son ideales en este período en que todo lo observa. Cuando comience a coordinar sus manos con la vista podrás presentarle objetos con diferentes texturas que intentará llevarse a la boca.
Lic. Carolina Micha - Psicóloga -UBA M.N.: 27874
Miembro de Primeros Pasos Producciones.
Desarrollo de herramientas de Estimulación y Entretenimiento para la primera infancia. |
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