La edad de los porqués ????
A partir de los 2 años de edad, tu hijo descubre que puede comunicarse mediante las palabras. Y si antes no se cansaba de tocar todo, ahora no deja de preguntar. Repite todo el tiempo la misma pregunta, necesita identificar a las personas y a las cosas y ponerles un nombre. Plantea la misma pregunta a diferentes personas para verificar y escuchar una vez más la respuesta. La repetición es una de sus formas de aprender y la curiosidad es normal en cualquier chico saludable
La edad de los porqués es una etapa fundamental para el desarrollo del lenguaje infantil ya que el vocabulario se va enriqueciendo con las respuestas. En general, las niñas aventajan a los varones de la misma edad y conservarán este adelanto durante varios años.
Pero, cuidado, no todos los chicos evolucionan a la misma velocidad. Estas diferencias se deben a las distintas habilidades personales, así como algunos niños caminan antes, otros son precoces para hablar. Pero también influye mucho el ambiente en el que viven. Para estimularlos es imprescindible que se respondan sus preguntas y se los aliente en sus progresos.
Cuando tu hijo comience a plantearte preguntas, estará realmente interesado en tus respuestas, aunque no lo demuestre. Poco a poco, va a poder incorporar palabras nuevas y esto irá facilitando las explicaciones. Su mente tiene necesidad de palabras para desarrollarse, así como su cuerpo requiere alimentos para crecer.
Cuando hablas con tu hijo, no sólo le estás proporcionando palabras sino que le estás dando información. Si tu hijo señala un tenedor y te pregunta, ¿y esto qué es?, le vas a contestar que es un tenedor y que se usa para comer. Así, va asociando actividades, funciones e ideas relacionadas a la nueva palabra.
Su inteligencia se amplía con esta gimnasia mental, se interesa en cosas cada vez más difíciles, se enfrenta a objetos nuevos, a palabras raras, a situaciones desconocidas y saca conclusiones. Su inteligencia pasa de ser empírica a ser reflexiva. Le interesa más la razón de ser de las cosas que el nombre de las mismas. Pregunta muy a menudo por qué y también empieza a usar el porqué. El lenguaje transforma completamente la vida y el horizonte de tu hijo, le permite penetrar en el mundo de los adultos. Hasta entonces, sólo podía hacerse comprender por los adultos. Ahora, con su vocabulario más elaborado, puede comunicarse con otras personas que nos son de su núcleo familiar.
Al poder hablar, tu hijo de dos años y medio siente soltura y confianza en sí mismo, está muy contento con esta nueva forma de independencia, como cuando empezó a caminar. La marcha y la palabra lo hacen un nuevo miembro de la sociedad. Por eso, a esta edad busca la compañía de los adultos y les plantea preguntas incansablemente.
Lógica infantil
El niño tiene una manera muy personal de ver las cosas. Observa los detalles ínfimos y al comparar, conecta entre sí cosas que nunca vincularía un adulto. En su libro "Yo crío mi hijo", la Dra. Laurence Pernoud cita el ejemplo de un chico que había dicho, "una laucha es como un elefante". El niño había visto entre esos dos animales un rasgo común, que los adultos pasamos por alto, el color gris.
Tu hijo tiene su propia manera de razonar, la famosa lógica infantil. Registra todo lo que oye y extraé sus propias conclusiones. Por ejemplo, puede preguntar, ¿quién es la mamá del ternero?. Se le contesta, la vaca. ¿Quién es la mamá del pollito?, la gallina, y el pequeño concluye, "la mamá del agua es la canilla". Como empieza a alejarse del círculo familiar, observa a los otros, estudia sus conductas, trata de imitarlos y sobre todo, de situarlos en su universo. Por ejemplo, ¿el tío Juan, de quién es hermano? ¿La abuela es tu mamá? Luego descubre que papá y mamá tienen cosas comunes con otras personas que él no conoce, papá es un señor, mamá es una señora como aquellos y aquellas que se cruzan en la calle. Y siente deseos y necesidad de aproximarse poco a poco a los otros, grandes o pequeños, y averiguar todo lo posible con respecto a ellos. También investiga sus propios antecedentes, dónde estaba yo cuando no había nacido. El nacimiento de los bebés y de los animales comienza a interesarle.
Contame un cuento
A los tres años comienza a florecer la imaginación, sin ella no habría verdaderamente un ser humano. Es exigente y para alimentarla el niño reclama historias y cuentos. El mejor momento para contar historias es por la noche, cuando mamá y papá tienen más tiempo. Los cuentos son un buen método para hacer acostar a un niño. El pequeño, para retener a sus padres, comienza a hacer toda serie de preguntas, y su vocabulario va haciendo grandes progresos, sabe situarse dentro de las circunstancias, pedir información con más exactitud y dejarse llevar por la fantasía.
A esta edad, la imaginación y la fantasía gobiernan su mundo, comienza la edad de oro de las palabras infantiles. La mayoría de los términos y expresiones de tu hijo que nos encantan provienen simplemente de su manera de pensar y de ver las cosas. Casi siempre nuestras respuestas a sus inquietudes comienzan con "es para"... "es como". Escuchando estas explicaciones , el pequeño adopta esas dos formas de entender las cosas que lo rodean, por el uso y por la semejanza. Desea conocer el significado de todo lo que ve y saca conclusiones, todo lo relaciona consigo mismo. Si ve un tren, inmediatamente quiere saber, ¿viajare algún día en tren?
El poder de las palabras
Alrededor de los tres o cuatro años surgen nuevos miedos: temor a la oscuridad, a los perros u otros animales, a la muerte, a las personas lisiadas. En este período la imaginación del niño ha llegado a un punto en el cuál puede ponerse en el lugar de otras personas y percibir peligros que en realidad no ha experimentado.
Por esto, no se conforman con sólo saber la causa de todo, sinó también qué tiene que ver con él. A esta edad aparecen las preguntas acerca de la muerte. Oye por ahí algo acerca de morir y de inmediato quiere saber que significa morir y pregunta, ¿moriré yo? Para contestar este tipo de inquietudes tenés que tratar de que las primeras explicaciones no suenen atemorizantes. Podrías decir, todos debemos morir algún día. La mayoría de las personas mueren cuando son muy viejitas, se sienten muy cansadas y dejan de vivir. Si sos creyente probablemente le explicarás en términos religiosos, "estaba muy enfermo y Dios lo llevó al cielo para cuidarlo". Es importante que cuando hables de estos temas, abraces y le sonrías a tu hijo, y también que le hagas notar que ustedes permanecerán juntos durante muchos años.
Otro tema favorito de la edad de los porque es la diferencia entre las niñas y los niños.
Si tu hijo de 3-5 años ve una chica desnuda, puede asombrarse al notar que no tiene pene y puede preguntar al respecto. Si la respuesta no lo satisface, imaginará que la niña lo ha perdido y aparecerá un pensamiento angustiante. "Esto podría ocurrirme a mí también". Una niña de la misma edad experimentará una ansiedad similar, ¿por qué no tengo pito? Estas inquietudes son normales y necesitan respuestas sencillas y tranquilizadoras. Es importante entender que no va a preguntar como un catedrático, ni que sus preguntas implican un interés especial por lo sexual. Para él, este tema es tan importante como cualquier otro.
Por eso es fundamental contestar todas su preguntas sin ir mas allá de sus dudas y tomando el tema con naturalidad. Resulta útil ayudar a que tu hijo exprese sus miedos en forma abierta para poder ahuyentarlos. Le podrías explicar que los hombres y las mujeres están constituidos de manera diferente, es importante que sepa que mamá y papá están contentos de ser como son y lo quieren a él tal como es.
A partir de los 3 años, tu hijo ya se expresa bien, lo que le facilita las relaciones con el medio. En su cerebro, ahora esta casi completo el arsenal de la inteligencia, memoria, comprensión, lógica, juicio, voluntad, imaginación. En el aspecto afectivo, se ha convertido en el pequeño compañero que se tiene de la mano para pasear, con el cuál uno intercambia preguntas y explicaciones en un diálogo que anuncia ya una verdadera conversación. |
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