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![]() La actitud del niño debe tenerse en cuenta dentro de su contexto. El niño está aprendiendo a relacionarse con el mundo y empieza a hacerse un hueco en él. Y los mordiscos y otras actitudes agresivas forman parte de su aprendizaje. Los papás no deben tomárselo a la ligera y deben corregir al niño para que aprenda dónde están los límites, pero al mismo tiempo no hay que darle más importancia de la que tiene. A esta edad, no existe la intención de hacer daño: por un lado el pequeño no se da cuenta de lo que está haciendo y aún no es capaz de dosificar la energía de sus reacciones. Por el otro, no se le puede dejar actuar libremente con el riesgo de que hiera a otros niños. ¿Cómo corregir al niño que muerde? Lo mejor es distraer a los pequeños "mordedores" ofreciéndoles otra buena alternativa sobre la que concentrarse y empezar a explicar que ese comportamiento no está bien. De todos modos, no hay que olvidar que a esta edad la capacidad de comprensión del niño es limitada. Como cuando el niño es más pequeño, es importante reprenderlo con un no firme y decidido y no reir o alabar este comportamiento. |